Toda la vida soñándote y
ya se suman 4 años, más de la mitad de tu vida, disfrutando cada momento de la
realidad.
Gracias mi niño por tu sonrisa, por el regalo de tu vida en mi vida, por esta certeza tan bella de que ambos nacimos para poder ser una familia; gracias por el regalo de mi maternidad que cada día me enseña nuevas cosas solo a través de ti; gracias por todo lo que me das, por lo sorprendente de tener un ser maravilloso como hijo, un ser llenito de luz en sus ojos y en su corazón.
“El niño Jesús de mi infancia” se manifestó de la manera más hermosa, un 1 de diciembre, en tu persona y no me canso cada día, de dar gracias a la vida por el mejor regalo que me pudo dar.
Diciembre 2014