Mi hijo

Este espacio tiene como fin compartir con mi familia y amigos lo que fue la espera de mi hijo y su llegada.
En octubre de 2009, decidí que podía ser madre y comencé la aventura de serlo por la vía de la adopción. Formalmente empecé en enero de 2010 esta linda aventura...Les contaré lo que ha sido y haré para mi hijo un espacio mágico, que podrá visitar más tarde.
No es un diario pero trataré de relatar algunas cosas, así un día él también sabrá que el lazo que nos une desde el alma estaba tejiéndose entre los dos hace mucho tiempo, sabrá cuánto lo he amado y anhelado en mi corazón y conocerá cómo viví el tiempo de su espera y lo que hace en mi su presencia.


lunes, 11 de julio de 2011

PRIMER CUMPLEAÑOS SIENDO MAMÁ

Termino el día con un año más y con la satisfacción de la celebración como se debía.
Hace 20 años tenía la edad en la que la gente de la edad que tengo hoy me parecía vieja. Afortunadamente la óptica 20 años después es diferente, porque de lo contrario  estaría  en apuros, considerándome vieja a mi misma, cuando el sentimiento subjetivo, generalizado, es que se es MUCHO más joven de lo que en realidad somos. Y afortunadamente también la juventud es un estado del alma, porque si de sumar años se tratara…la cosa se iba poniendo muy, muy añosa.

Tengo la edad en la que mi mamá estaba más bonita, menos joven pero más bonita y con el vientre listo para florecer de nuevo. Tengo la edad de la treintañez alborotada porque ya casi termina, la edad de la distancia, de poder ser mamá de tiempo completo, la edad en la que florezco por primera vez a causa de mi niño amado, la edad de las mujeres que se reconcilian con su ser, no quisiera tener otra, no quisiera tener menos años, porque en esos años (de más juventud) más enredos habían en la cabeza y el corazón, ahora todo anda despejándose, en calma, en la calma de los años…calma de la espera del futuro, del mañana con palabras nuevas, del mañana con proyectos de primaria, del mañana adolescente que no me quiero perder.

En fin, tengo la edad que me corresponde. La que me permite celebrar como se debía, con la fiesta en el corazón, sin más música que la de los amigos y la de mi niño improvisando un “Cumpleaños feliz” telefónico, con la fiesta de las mil llamadas de las voces amadas, con la torta de mora a la hora del desayuno, preparada con esmero por mis amigas, con las notas en el muro del FB mandando abrazos y felicidad. Todo fue  una fiesta.

Los agasajos fueron, en su mayoría, para Juan David que entendió que cumplir años es estar con la risa pegada a la boca celebrando sus brincos en el cánopi y en la pista de cars. ¡Que feliz cumpleaños esta primera fiesta con mi muñequero abrazándome!.

Gracias por haberla compartido conmigo.